A muchas personas no les sienta bien la sal, y a nadie le sienta bien el exceso de sal y eso que cada vez consumimos más sin darnos cuenta, pues cuantos más alimentos procesados consumimos, más sal estamos ingiriendo.
Pero si llegado el momento, bien por consejo del médico, bien por decisión propia, optamos por comer sin sal o con menos sal, nos encontramos con que estamos tan acostumbrados a su sabor que nos parece que “la comida no sabe a nada”. La buena noticia es que eso solo pasa al principio y en poco tiempo uno se acostumbra al sabor real de los alimentos, hasta el punto de que luego la comida con sal nos acaba sabiendo demasiado salada.
Les proponemos 10 métodos muy sencillos para dar sabor a la comida sin usar sal, que ayudan mucho en esa fase de transición que va desde que uno decide o no le queda más remedio que empezar a comer sin sal o con menos sal, hasta que llega el día en el que no la echa de menos.
Ojo, que cuando hablamos de reducir sal, también tenemos que tener cuidado con no pasarnos con alimentos ricos en sal como podrían ser algunos condimentos tradicionales tipo salsa de soja o quesos curados muy ricos en sal como el Parmesano.
Usar hierbas aromáticas y especias
Potencian el sabor de los alimentos y aportan nuevos matices. Son imprescindibles para dar sabor a salsas, caldos, cremas y guisos si no queremos añadir sal.
Asar y cocinar a la plancha
Asar los alimentos o cocinarlos a la plancha a gran temperatura, buscando que se produzca la famosa reacción de Maillard (a esta reacción se debe el color marrón de la costra de la carne cocinada o del pan cocido al horno) no solo hará que la superficie de los mismos tome un bonito color dorado, sino que aportará nuevos matices de sabor que nos ayudarán a olvidarnos antes de la sal.
Ralladura y zumo de cítricos
La ralladura y el zumo de los cítricos no solo funcionan bien en postres y dulces, también son perfectos para potenciar el sabor de pescados y carnes blancas.
Usar sofritos de hortalizas
Los sofritos de hortalizas aromáticas como el ajo, la cebolla, el puerro o el cebollino dan muchísimo sabor tanto si se saltean ligeramente como si se dejan caramelizar cuando nos interesa potenciar su sabor más dulzón.
Jengibre
Aporta un sabor ligeramente cítrico y picante siempre y cuando no nos excedamos en la cantidad -si ponemos demasiado hay quien dice que le sabe a perfume-, pero es perfecto para aromatizar salsas y dar sabor a platos de carnes blancas que de por sí suelen ser más insípidas que las carnes rojas.
Aceites aromáticos
Los aceites aromáticos, que podemos preparar en casa a nuestro gusto siguiendo las recomendaciones que muchos recetarios nos aportan, son perfectos para dar sabor a ensaladas y platos de pescados o verduras al vapor.
Vinagres y vinagretas
Si lo que buscamos es dar sabor, pero sin subir calorías y los aceites aromáticos no nos acaban de convencer, podemos aligerarlas preparando vinagretas o usando directamente nuestros vinagres favoritos.
Salsas a base de verduras
Las verduras ya contienen sales, por lo que preparar salsas a base de verduras y especias sin sal es una buena idea que sirve para dar sabor a estofados de carnes rojas o blancas, o como acompañamiento de carnes a la plancha.
Marinar los alimentos, la técnica que nunca falla
Sirve tanto para carnes como para pescados y es una de las técnicas más efectivas para dar sabor a los alimentos y, de paso, conseguir que queden más tiernos y jugosos.
Queso rallado
Siempre y cuando no utilicemos uno demasiado salado, el queso nos aporta umami, el conocido como quinto sabor o sabor delicioso que hará que el plato en el que lo usamos resulte más apetecible.