El bullying o acoso escolar es un riesgo al que se enfrentan millones de niños y jóvenes cada año en la escuela. Hablamos de una violencia tanto física como psicológica que, por desgracia, es bastante común en el ámbito escolar y que se debe afrontar de forma inminente.
Lamentablemente es una violencia cada vez más recurrente en los centros educativos y se genera una vez que los niños o adolescentes son agredidos física y mentalmente. Además, de forma constante. Por ello, es importante que colegios y familias sepan cuáles son las consecuencias de la violencia escolar.
¿Qué es el bullying o acoso escolar?
El maltrato, intimidación, violencia, hostigamiento, insultos, burlas y otras reacciones semejantes son las diferentes expresiones del bulliyng escolar. Lo padecen de forma recurrente niños entre 11 y 15 años, especialmente. El bullying o acoso escolar es la exposición que sufre un niño a males físicos y psicológicos en una institución educativa. Puede ser por parte de otra persona o por un conjunto de ellas, y de manera intencionada y reiterada.
Lo cierto, es que se suele generar durante el recreo, pero también lo podemos encontrar en otras situaciones: en la fila para entrar a clase, en los baños del colegio, los pasillos, en los cambios de clase, al entrar y salir del centro, en el transporte estudiantil o en el comedor.
Es complicado estimar la prevalencia del bullying o acoso escolar, ya que los profesionales en la materia concuerdan en señalar que hablamos de un problema bastante recurrente. Sin embargo, se considera que entre un 15% y un 50% de los niños y los jóvenes tienen la posibilidad de haber sido víctimas de bullying o acoso escolar alguna vez. Por supuesto, ciertos colectivos son más vulnerables y poseen más grande peligro de ser víctimas de bullying o acoso escolar.
Acoso psicológico: el acoso escolar más silencioso
Esta modalidad se produce cuando se busca generar miedo en la víctima a través del maltrato psicológico y puede manifestarse mediante diferentes formas tales como amenazas, burlas e insultos.
El acoso escolar psicológico logra debilitar anímicamente a las personas agredidas. Esta modalidad es capaz de dañar la autoestima, generando profundos miedos e inseguridades. Su reiteración lleva a que la persona afectada cuestione su reputación, así como su rendimiento escolar o capacidad profesional.
El acoso físico
Un dato relevante de este tipo de bullying es que se manifiesta más en primaria que en secundaria. Por lo tanto, es uno de los tipos de acoso escolar más comunes y se desarrolla principalmente entre los varones.
Puede incluir destrucción de objetos, golpes, codazos y hasta palizas entre uno o varios agresores contra una sola víctima. En ciertas ocasiones, puede producirse el robo o daño intencionado de las pertenencias en medio de la agresión.
El acoso verbal
Es uno de los más frecuentes y más habituales. Este tipo de agresión consiste en insultos y menosprecio dirigido hacia la víctima, normalmente en público. Todo ello es realizado con la finalidad de lograr ridiculizarla.
Se identifica porque el agresor expresa palabras crueles, con insultos o amenazas. Con su actuación busca crear intimidación, a veces con bromas o frases excluyentes. En ocasiones, se basan en la apariencia, condición sexual, etnicidad, raza o discapacidad de la persona agredida. En este caso, los niños son los más expuestos a este tipo de amedrentamiento.
El acoso social
El propósito de este tipo de acoso es aislar a la víctima del resto del grupo. De esta manera, se busca lograr que sea excluido de las actividades. Recordemos que habitualmente estas dinámicas deben hacerse en equipo dentro de las instituciones educativas.
También, ocurre en las relaciones sociales, a través de la divulgación de rumores y la exclusión de la víctima con respecto al grupo.
El acoso sexual
Es un tipo de bullying o acoso escolar que engloba a toda forma o manifestación de agresividad, de intimidación, abuso o presión en la cual la sexualidad de la persona agredida pasa a ser el elemento primordial. No consiste tan solo en tocamientos, pues va desde el acoso hasta la violencia y la violación.
Al igual que los demás tipos de acoso, el acoso sexual escolar engloba cualquier tipo de comentarios, gestos o actos cuyo objetivo consista en causar daño.
El ciberbullying
Cyberbullying es un término de origen anglosajón utilizado para hacer referencia a cuando un niño o adolescente está siendo acosado, molestado, amenazado o humillado a través del uso de medios digitales.
Se considera que ocurre con mayor frecuencia en las redes sociales e internet, lejos del espacio educativo. No obstante, en los espacios escolares también se producen reiteradamente dichas prácticas.
Este acoso por internet en la actualidad, con la revolución de las novedosas tecnologías, cada vez es más recurrente. Es un tipo de violencia escolar que pasa por medio de móviles, tablets, computadoras, smartphones, etc. En dichos casos el acosador manda con frecuencia mensajes o correos electrónicos desagradables, esparce rumores por medio de emails o en las redes sociales, o imágenes y videos denigrantes, así como genera perfiles embarazosos.
Los roles del Bullying
El proceso de acoso escolar involucra a una serie de personas que desempeñan un papel diferente. Se trata de los diferentes roles o papeles de las personas que intervienen en un caso de acoso escolar.
Bully: se trata del acosador. Es la persona que ejerce el abuso sobre una o varias víctimas repetidamente causando un daño patente.
Víctima: es la persona o las personas que sufren el acoso por parte del acosador.
Espectadores o testigos: se trata de las personas que conocen, observan y/o presencian el acoso. Los espectadores pueden actuar de tres modos: ignorando el acoso, animando el acoso o defendiendo a la víctima.
Causas del bullying o acoso escolar: el agresor
Vamos a indagar en el origen de esta lacra social, es decir, en las principales causas del Bullying.
Es cierto, que las causas que originan el bullying están sujetas a cada caso concreto, pero un hecho claro es que cuanto más grande es el centro escolar más riesgo existe de que haya acoso escolar. A esto, hay que añadir la falta de control físico y de vigilancia en los centros educativos. Es recomendable que en los pasillos hubiera siempre alguien para atender e inspeccionar a los alumnos.
No podemos olvidar que la educación en valores es una de las claves para acabar con el acoso escolar, de hecho, forma parte de las estrategias para evitarlo.
Por otro lado, los principios de la violencia del acosador acostumbran a tener unas propiedades comunes:
El acosador estudiantil no posee empatía: por consiguiente, es incapaz de ponerse en el sitio de la víctima y ser sensible a su sufrimiento.
Inconvenientes sociales o parientes: lo cual provoca una reacción agresiva en el menor y que en la juventud sea violento.
Indicios de bullying o acoso escolar en la víctima
La detección del acoso escolar es bastante complicada debido a que a menudo los chicos lo esconden en el ambiente familiar y no piden ayuda a nadie de su ámbito.
La dificultad para su detección también viene provocada porque solo 2 de cada 10 docentes se sienten preparados para resolver situaciones de acoso. No es que los profesores quieran mirar para otro lado, es que hay falta de formación en acoso escolar. Además, el bullying no se produce delante de este profesional, así que si no lo sabe detectar a tiempo e intervenir no es porque no quiera, sino porque no sabe cómo detectar el acoso escolar.
Para conseguirlo, los maestros y padres tienen que intentar reconocer una secuencia de indicadores y comportamientos en la víctima que alertan sobre el peligro de violencia.
Inconvenientes de memoria, complejidad en la concentración y atención, y bajón del rendimiento estudiantil.
Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de hambre, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etcétera.
Separación social, apatía e introversión.
No querer ir a la escuela, ni juntarse con otros niños.
Sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos.
Conductas de huida y evitación.
Negación de los hechos e incongruencias.
Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.
Ideas e intentos de suicidio (los casos más graves).
Consecuencias del Bullying
Estar al tanto sobre qué es el bullying o acoso escolar, es también conocer cuáles son las consecuencias que estas agresiones causan en los niños y adolescentes. Y es que, no solo involucra a la víctima, sino que también trae consigo a los agresores, e incluso los que presencian el acto de violencia.
Las consecuencias principales que deja el acoso escolar en las víctimas son:
Fracaso
Fobia escolar
Baja autoestima
Intentos de suicidio
Por otro lado, para con el agresor las consecuencias cambian y estas son:
Posible desarrollo de conductas delictivas
Dificultad de aprendizaje
Convertirse en un maltratador en potencia
Practicar estás conductas fuera de las instalaciones educativas
Sin embargo, como venimos diciendo, el acoso escolar, bullying o ciberacoso también afecta a las personas que lo presencian. Por tanto, otra de las consecuencias negativas es el desarrollo de una falta de sensibilidad social o una actitud de tolerancia hacia la violencia escolar y la violencia en general.
Tratamiento de la violencia escolar
En relación a lo anterior, es importante saber qué hacer en caso de encontrarse con un acto de violencia escolar.
Ante todo, la víctima de acoso escolar necesitará de terapia psicológica para superar los efectos negativos que le está ocasionando el acoso, inclusive poder combatirlo y que logre continuar con su historia estudiantil.
En varios casos, incluso, necesitará de ayuda psiquiátrica y procedimiento farmacológico para superar la depresión o inclusive los pensamientos suicidas o de autolesión. Y es que esta clase de acoso produce graves consecuencias que pueden perdurar a lo largo de varios años.
Por otro lado, es recomendable el cese de la actividad escolar durante un determinado tiempo.
¿Cómo prevenir el bullying escolar?
Todo el mundo habla de la prevención, pero pocos son los que se toman en serio este aspecto tan vital. Primero, para proteger a los niños de conductas que no deberían ser permitidas, y segundo, para hacer que puedan vivir una infancia feliz que les permita desarrollarse correctamente.
Por tanto, ¿cómo prevenir el acoso escolar? Pues, se debe tener en cuenta los siguientes factores:
Reducir la incidencia
Se debe buscar la manera de evitar que nuevos casos aparezcan, bien sea realizando campañas de sensibilización o ejercicios donde los jóvenes se puedan poner en el lugar del otro.
Reducir los casos
Debe existir una comunicación constante entre los docentes y los padres, ya que ellos deben actuar como barreras para evitar que más niños se vean afectados. Los docentes deben realizar una labor de vigilancia, estando atentos a cualquier señal de acoso.
Denunciar el acoso
Los niños también son un factor importante, ya que ellos al pasar más tiempo juntos son los que se pueden dar cuenta si a uno de sus compañeros lo molestan. Es importante enseñarles que eso no está bien y deben denunciar para que se pueda hacer algo al respecto.
De esta forma, desde temprana edad comienzan a diferenciar lo que son juegos y aquellos comentarios que no se deberían hacer, debido a que hacen que el otro se sienta mal.